Después de dormir en el Pepito Grillo, salimos desde Candanchú con los esquís hacia la norte del Aspe. Debido al hielo en las pistas, nos retrasamos más de lo previsto, y al llegar al confín de estas, CanDani abandonó el intento de subida ya que sentía pinchazos en la tripa.
El grupo se redujo a tres y después de almorzar tras una pala de penosa nieve para la ascensión, Alberto también abandonó alegando estar "trotón". Así pues, Iñigo y Mikel llegaron al collado habiendo descartado subir por la cara norte por ser ya muy tarde y dejando los esquís ahí, pusiéronse los crampones y comenzaron a ascender la última parte del Pico Aspe. Puesto que hacía mucho viento y en ciertas zonas caía hielo de la cima, fuimos lo más veloces que pudimos, dejando una mochila en el collado y andando a un ritmo veloz.
Para no hacer esperar mucho a quienes nos esperaban nos pusimos los esquís y bajamos también veloces, causando "fuego" en nuestros cuádriceps especialmente en la primera pala, la más pronunciada.
Al bajar al parking de las pistas, nos juntamos todos, recogimos y pusimos rumbo Riglos, Murillo de Gállego más concretamente.
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| Saliendo de las pistas |
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| Alberto enganchado al teléfono |
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| La cara norte del Aspe |
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| Buzón de cima |
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| Mikel en la cima |
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| Iñigo |
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